Mediocre ensayo en Múnich (2-1)

Mediocre ensayo en Múnich (2-1)

17/04/2012 0 Por Néstor Sáez

Mal partido de un contemplativo Real Madrid ante un Bayern de Múnich venido a menos. Ribery adelantó a los germanos en el minuto 17 fusilando a Iker en el rechace de un córner y Özil puso las tablas ya en la segunda mitad, tras una gran contra de los blancos. Cuando parecía que los de Mourinho volvían a Madrid con el pase a la final en el bolsillo, Mario Gómez se erigió como el héroe del partido en el 89.

La Copa de Europa nos ha dejado a lo largo de su historia duelos históricos entre buques insignia del continente. Quizás una de las rivalidades más apasionantes es la que han protagonizado el Bayern y el Madrid, sobre todo desde la creación de la moderna Champions League.

Casi todas esas luchas de titanes se saldaron con derrotas merengues en Alemania -las más lejanas en el antiguo Olímpico de la ciudad germana- y remontadas gloriosas en Chamartín. Ha habido gatillazos, por supuesto, el más reciente con Capello. Hoy, el líder de la Liga española ha tenido una oportunidad histórica para dar el do de pecho en el escenario de la futura final del campeonato, y sin embargo la ha desaprovechado.

Nunca es fácil jugar en Múnich, y mucho menos una semifinal, pero tampoco se había visto un Bayern tan blando en mucho tiempo. Los de Heynckes hicieron del público del Allianz Arena su mejor baza, el cual incluso perdió la fe en el último tramo del encuentro. Es triste decirlo, pero mucho tiene que lavar su imagen el Madrid si aspira a llevarse la décima. Ganar al Barcelona en el mismo escenario de hoy se antoja una utopía si se juega al fútbol como lo han hecho los de Mourinho.

Hablamos del Barcelona porque lo lógico es que sean los de Pep quienes alcancen la final de Múnich, como también podemos decir sin correr demasiado riesgo que el Madrid debería doblegar al Bayern en el Bernabeu. No obstante, los blancos están mostrando una cara oscura y desconocida desde hace unas semanas que crea mucha incertidumbre.

Ciñéndonos al partido, que es lo que toca, los primeros minutos fueron del Madrid. De hecho, Benzema tuvo en el minuto 6 una clara ocasión que repelió a mano cambiada Neuer. El francés recibió un gran pase de Özil, buscó el hueco entre su marcador y le golpeó duro y seco. Los madridistas colocaron el ritmo y la presión a un nivel al que parecía que el Bayern no sería capaz de llegar. Sin embargo, poco a poco esa distancia fue recortándose y el partido acabó cayendo en una igualdad máxima, casi aburrida.

La única diferencia estuvo en el marcador, por culpa de un gol de Ribery al saque de un córner. ‘Scarface’ no perdonó y no tuvo piedad alguna al enganchar con furia una dejada de un compañero. Mal colocación de los defensores madridistas y peor seguimiento de la jugada (Ramos no despejó una bola en teoría fácil). Algunos reclaman mano (inexistente) del jugador del Bayern que toca la bola antes que Ribery, otros claman un fuera de juego de Boateng al estar en la trayectoria del chut del francés. Sea como fuese, los alemanes golpearon primero.

El Madrid tardó en encajar el golpe y perdió el control del partido durante bastantes minutos. Aunque Casillas no sufrió apuros, los germanos cargaban de forma continua contra el área blanca. Casi media hora tardaron los de Mou en volver a causar estragos a la débil defensa de Heynckes. Primero fue Cristiano, tras una potente jugada por la banda izquierda en la que el disparo se le marchó alto por centímetros. Luego, fue Pepe quien remató de cabeza un balón aéreo forzando el lucimiento de Neuer.

Cuando más síntomas de mejora presentaba el conjunto español, el Bayern estuvo a punto de dar una estocada casi definitiva al borde del descanso. Mario Gómez llegó desde atrás para culminar un contraataque alemán y Casillas hizo acto de presencia desviando a saque de esquina. Lo corto del marcador pareció encender a los madridistas tras el descanso y tan solo 7 minutos después de que arrancase la segunda mitad, Özil ponía las tablas en el luminoso.

Los blancos, que habían avisado minutos antes, dibujaron una ofensiva magnífica que cogió a toda la defensa germana a contrapié. Primero fue Cristiano quien pudo batir a Neuer en un mano a mano, aunque el guardameta adivinó las intenciones del luso. Benzema recogió el rechace, se quitó de encima con clase a sus marcadores y cedió de forma algo defectuosa de nuevo al ‘7’ blanco, que salvó la bola con muchas dificultades y asistió a Özil en boca de gol.

A partir de entonces, el Madrid dio varios pasos atrás y se decidió por especular con el empate. Decisión quizás cobarde, ya que la sensación que quedó es que el Bayern se venía abajo cada vez que los blancos le encimaban. Habrá que confirmarla en el Bernabeu. Con el equipo encerrado atrás y esperando al contragolpe, Mario Gómez se echó su equipo a la espalda y dio una exhibición como rematador.

Ribery, Robben, Kroos, Schweinsteiger y Müller (que no jugó de inicio y salió por el último) se limitaron a buscar al ariete con ascendencia granadina. Tuvo dos ocasiones clamorosas que pusieron el corazon en un puño a más de uno. La primera en el minuto 70, cuando el delantero se encontró un innecesario y penoso despeje de Ramos al saque de una falta en el área pequeña y lo remató por encima del larguero con todo a favor. La otra en el minuto 85, al rematar un centro de Lahm desde la derecha a las manos de Casillas.

No hay dos sin tres, como también a la tercera va la vencida, y en el minuto 89 de nuevo Philipp Lahm volvió a la carga, destrozó a Coentrao y sirvió esta vez por abajo un nuevo pase mortal, que ahora sí acertó a rematar a la red Gómez. Lo hizo más por inercia que por calidad, ya que remató con el pie de atrás al lanzarse al suelo. El que la sigue la consigue (por cerrar el círculo vicioso de los refranes), y al final el Bayern obtuvo su premio por no perder la cara al partido.

Al Madrid le quedan 90 minutos en el Bernabeu en los que deberá confirmar si realmente puede doblegar al Bayern jugándole de tú a tú. Ya no estará la excusa de jugar fuera de casa para evitar asumir responsabilidades. A pesar de todo, se van a hacer interminables estos siete días, y puede que incluso sean dolorosos, según lo que pase el sábado en la otra gran final de la temporada. El Clásico del Camp Nou.

Twitter: @NJSaez