Un derbi peligrosamente preparado para Simeone (0-1)
27/02/2016El Atlético de Madrid se impuso en el Santiago Bernabéu con un gol de Antoine Griezmann en la segunda mitad y sacó al Real Madrid de la carrera por el título. Los rojiblancos controlaron siempre un partido sin ocasiones, el peor desde que Zinedine Zidane tomó los mandos del conjunto blanco.
Los derbis locales se forjan en los bares de barrio, en los salones de casa, en los partidos del recreo. Padres, hermanos, primos, amigos y por supuesto, cuñados. La lucha no es externa, no se compite contra un enemigo extraño, con diferentes costumbres y creencias. La guerra es interna, familiar y diaria. Los colores se defienden desde la cocina hasta el taller, haya o no razones para ello.
Precisamente, razones es lo que le ha faltado durante años a los colchoneros. El nuevo milenio arrancó con el Atlético en Segunda y un regreso calamitoso a Primera por parte de su hermano mayor. El apuesto primogénito merengue ganaba, gustaba y marginaba al menor, siempre con la cabeza gacha a la hora de destacar los reconocimientos de uno y otro. Hasta hace un lustro. Las victorias blancas, algunas hasta por error, pasaron a ser sufridas. Como antaño. El derbi, objeto de burla hasta por la hinchada merengue, recuperó su empaque.
Lo recuperó, eso sí, con cierto acento colchonero. El Atlético no ha sometido aún a su eterno rival como lo hizo éste en la primera década del siglo, pero sí le ha levantado el trono a base de decepciones. Quitando los duelos europeos, la mesa local la preside un Simeone acompañado de todos sus efectivos, que más que futbolistas son acólitos. Una férrea guardia romana que no entiende de insubordinaciones o camas.
De hecho, a la Legión rojiblanca le tocó fajarse atrás en un primer tiempo de continuas acometidas locales. El Real Madrid dominaba, llegando a ocupar el campo contrario con sus 10 efectivos, pero la última columna resistía. Hasta ocho futbolistas visitantes echaban el cerrojo al área visitante, inaccesible para el ataque merengue. Solo Varane, que peinó desde la frontal y de espaldas una falta botada por Kroos, estuvo cerca del gol a los 17 minutos de juego.
Poco después se produjo una escena que podía haber cambiado el derbi. Cristiano sacó rápido de banda en un repentino contragolpe local y Benzema, que peleaba con Godín por un balón que le dejaba solo ante Oblak, cayó derribado. El uruguayo era el último jugador en una ocasión manifiesta de peligro, por lo que la roja era factible. A Clos Gómez, cuyo arbitraje rozó lo esperpéntico, le debieron pesar aquellas palabras de «la Liga está peligrosamente preparada para el Madrid». Amarilla.
El lanzamiento de Cristiano fue el único disparo a puerta madridista. El rechace de Oblak dio continuidad a la jugada y acabó con Benzema intentando un remate a la desesperada, escorado a la banda derecha y con pocas opciones de encontrar portería. De hecho, el remate golpeó en el defensor que le marcaba, pero ningún miembro del cuerpo arbitral vislumbró el córner.
No hubo mucho más en una primera parte efímera, controlada por el Atlético desde la retaguardia, asumiendo sus riesgos y entregando el balón al rival. Una estrategia repetida hasta la saciedad ante Carlo Ancelotti y que al Cholo le sigue funcionando contra su aprendiz. Antoine Griezmann, que había tenido un pequeño affaire en su íntima relación con el gol, se reconcilió de la mejor manera posible. Pocos minutos después del arranque condujo hasta la frontal merengue con temple, esperando la llegada de Filipe Luis por el carril zurdo. El brasileño recibió con espacio, invitado a centrar, pero devolvió rápido haciendo factible la pared. El francés resolvió al palo corto, ajustando el disparo, haciéndolo doloroso.
Ante la falta de oportunidades, el tanto se entendió por definitivo en el Santiago Bernabéu. Los gritos de «Florentino dimisión» volvieron a aflorar en un público que jamás creyó en la remontada. Los futbolistas, tampoco. Las transiciones pasaron a ser lentas, horizontales y en muchas ocasiones erróneas, para desesperación del respetable. Con más de media hora por delante, el Real Madrid nunca dio sensación de poder ni tan siquiera igualar un partido en el que se le iba la Liga.
Tan solo Borja Mayoral, que apareció en el descanso por Benzema, lo intentó con una jugada de rabia, imposible. Presionado por cuatro defensores, el canterano probó con un desviadísimo disparo desde la banda izquierda. El Bernabéu aplaudió al unísono su intento, premiando al único futbolista al que parecía dolerle la derrota.
El resto, quizás acostumbrado a perder contra el Atlético en Liga (llevan tres derrotas consecutivas ante la bestia rojiblanca), dejó pasar el tiempo. Dos disparos de Jesé en la recta final, otro que salió desde el banquillo, permitieron a Jan Oblak que no se congelase bajo los palos de su meta. Simeone volvió a hacerlo. Si la Liga estaba peligrosamente preparada, el plan ha pasado a mejor vida.
Ficha técnica: Real Madrid 0 – 1 Atlético (0 – 0 al descanso)
REAL MADRID: Keylor Navas; Carvajal, Ramos, Varane, Danilo; Kroos, Modric, Isco; James, Benzema (Borja Mayoral, y Cristiano Ronaldo
ATLÉTICO: Oblak; Juanfran, Godín, Giménez, Filipe Luis; Gabi, Koke, Saúl; Augusto Fernández (Kranevitter, 76′), Fernando Torres (Correa, 80′) y Griezmann
Goles: Griezmann (54′)
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Godín (30′), Filipe Luis (36′), Lucas Vázquez (61′), Correa (90′), Carvajal (90′), Ramos (90′)
Twitter: @NJSaez