McLaren-Honda, a contrarreloj
12/11/2015A solo dos carreras para la conclusión de un Mundial dominado de principio a fin por Hamilton, el binomio anglojaponés apura sus últimas pruebas. En 2016 se pondrá la siguiente piedra hacia un título que buscan asaltar definitivamente en 2017. Las restricciones de la FIA en cuanto a la posibilidad de realizar tests privados limitan más si caben las posibilidades de desarrollo en Woking y Sakura.
Confianza y paciencia. Esas han sido las dos palabras más utilizadas por McLaren-Honda en estos nueve meses en los que no se ha visto ni un atisbo de competitividad por parte del segundo equipo más laureado de la historia. El primer término se implantó con el regreso del binomio anglojaponés tras el periplo glorioso de Ayrton Senna y Alain Prost. “Believe in McLaren-Honda”, gritaban a los cuatro vientos desde Woking el día de la presentación.
El segundo concepto llegó a medida que empezaba el fuego real y se veían los primeros pasos de los equipos en los test invernales. Eric Boullier y el resto de la cúpula del equipo negaban cualquier tipo de retraso en el desarrollo respecto a otras escuderías. Defendían que los problemas de fiabilidad eran algo “lógico” y paliable de cara al inicio del campeonato. Después llegó lo que llegó: el McLaren de Button doblado y redoblado en Albert Park. El de Magnussen, en el garaje con el motor roto. Alonso veía lo que se le venía encima ultimando su recuperación tras el accidente sufrido en Montmeló.
Más tarde y cuando los más fieles a McLaren-Honda empezaban a preocuparse por el déficit de rendimiento y de fiabilidad en su nueva máquina, llegó Yasuhisa Arai para aventurar que llegarían al podio allá por julio. Más concretamente, en Silverstone. A esa cita, la novena del Mundial, Alonso y Button llegaron con un botín de cuatro puntos. El británico sumó 3 en Mónaco y el asturiano quedó décimo con su compañero K.O. Enésimo ridículo de un equipo llamado a hacer algo “extremo” para batir el dominio abrumador de Mercedes.
Alonso iguala su peor temporada en la Fórmula 1
La película –de terror- no ha cambiado excesivamente el guión hasta ahora. McLaren solo suma 27 puntos y acumula seis y siete abandonos de Button y Alonso, respectivamente. El asturiano ha igualado su peor registro desde su 2001 de debut en Minardi. El fichaje estrella para el nuevo proyecto solo ha podido sumar 11 puntos y ha visto cómo su coche apenas dura íntegro un Gran Premio. Insólito y desolador que el mejor pagado de la parrilla haya tenido que llevar a rastras –literalmente- un coche teóricamente creado para batir a los mejores.
Precisamente esta es la mayor preocupación de un Eric Boullier que teme por que Alonso pierda la paciencia. «El único peligro que veo es que él es un auténtico competidor y necesita la emoción de las carreras. Es como una flor que comienza a marchitarse. En Honda son muy conscientes de ello, así que tenemos que darle lo que prometimos”, aseguraba el jefe de filas. Aunque en todas las declaraciones públicas por parte de los miembros del equipo se asegura que trabajan a destajo por revertir la situación, el tiempo corre muy en contra de las fábricas de Woking y Sakura.
La prohibición de tests privados limita el foco de actuación de McLaren a estos dos últimos fines de semana de campeonato, al trabajo en la fábrica y a los tests invernales de febrero antes del pistoletazo de salida del Mundial 2016. Poco tiempo teniendo en cuenta que deben recortar los más de dos segundos de diferencia con los mejores. Además de potenciar el rendimiento, tendrán que atar definitivamente en corto los problemas de fiabilidad que les han hecho sumar la peor temporada de su historia con 13 abandonos.
Aunque lo lógico es que McLaren-Honda mejore sus prestaciones de cara al próximo año, no está en las quinielas como candidato al título y se espera que sea en 2017 cuando vuelvan a luchar con los mejores. Fernando Alonso cumpliría entonces los tres años que firmó. Qué mejor manera de cerrar el círculo que consiguiendo su tercera corona con el coche de su ídolo Ayrton Senna. El tiempo va en contra del equipo y el «Believe in McLaren» que sigue pregonando Eric Boullier empieza a quedarse sin adeptos.