El Madrid ensaya la remontada con un cómodo sparring (4-0)
09/04/2016 0 Por Néstor SáezEl Real Madrid solventó sin complicaciones el plácido partido que le planteó el Eibar. En apenas 20 minutos, James, Lucas Vázquez y Cristiano Ronaldo sentenciaron el choque. Jesé cerró la cuenta justo antes de un intrascendente segundo tiempo.
A los 40 minutos de partido, el grito del Bernabéu fue unánime: «El martes échale huevos». Tras lo ocurrido en Wolfsburgo hace tres días, era imposible que el encuentro ante el Eibar sirviese para olvidar el incidente, y más cuando su resolución aún está pendiente de la vista final. Todo estuvo condicionado por el fatídico 2-0, desde la alineación, los pitos a determinados futbolistas o los cánticos clamando remontada. Una remontada que nunca llega en los últimos años (Juventus, Dortmund, Bayern…).
El Bernabéu eligió a sus culpables de manera selectiva y evidente. Lo hizo, como viene siendo habitual, durante el anuncio por megafonía. Cristiano, Jesé, James, Isco y Danilo fueron los sentenciados, de menor a mayor grado de desaprobación. Por fortuna para ellos, el Eibar viajó a Madrid para conocer la capital y hacer piña. Al menos visitaron uno de los museos más recorridos de España, el Bernabéu. Huelga saber si harán lo propio con el Prado, el Reina Sofía u otros tantos que copan la oferta cultural de la capital española. Lo que sí se sabe, y a ciencia cierta, es que tiraron el partido y los tres puntos.
El marcador tardó en moverse, de hecho, tres minutos. Jesé se escapó al contragolpe en un tres contra dos predestinado al gol. El canario vio la jugada tan sencilla que bajó las pulsaciones en los metros finales, para sorpresa incluso de su perseguidor, Dani García. El centrocampista le arrolló y el azar quiso que la falta fuese justo al borde del área, a escasos centímetros de la pena máxima. James, que podía haber vivido una tarde de sufrimiento, se ganó el crédito del público haciendo el primero. Un disparo ajustado al palo del portero, quizás más demérito de Riesgo que mérito del colombiano, pero supuso el 1-0.
El gol no hizo más que sentenciar, ya a los cuatro minutos, un partido que estaba resuelto desde que empezaron a circular los onces iniciales. Mendilibar no cambió de plan y el naufragio fue rápido y voluntario. Un caso de mala praxis que pasará desapercibido por la cómoda situación del Eibar en la tabla, décimo y virtualmente salvado. El Bernabéu no fue más que un trámite.
Los balones a la espalda de una adelantadísima defensa visitante fueron el recurso más explotado por el Real Madrid. Tanto por su comodidad como por su efectividad. Así fue como Cristiano recibió en el área a los 17 minutos, escorado a la banda izquierda. El luso ganó la batalla mental a sus marcadores, demasiado acelerados, y sirvió con facilidad a un Lucas Vázquez que llegaba al primer palo junto con una oleada de jugadores merengues. Solo tuvo que empujarla.
Apenas tres minutos después, el que se aprovechó de la ingenuidad azulgrana fue Jesé. Esta vez, el ’20’ no desaceleró y abrió brecha con sus perseguidores, cediendo a Cristiano dentro del área. Iba tan revolucionado que la asistencia fue algo defectuosa, pero la superioridad numérica del contragolpe tío al luso controlar, acomodar el cuerpo y sentenciar con tranquilidad. En apenas 20 minutos, los blancos habían igualado el marcador que necesitan el próximo martes.
Sin demasiados alicientes y con el riesgo siempre presente de las lesiones, ambos equipos firmaron un pacto de no agresión momentáneo. Un Molotov-Ribbentrop del siglo XXI, con las fronteras delimitadas en cada área. Las posesiones fueron amistosas y pasivas, unos por incapacidad (el Eibar no podía superar a la zaga blanca) y otros, por mera pereza (el Madrid salía ganando al contragolpe).
Precisamente, el 4-0 llegó gracias, de nuevo, a otro pase al inmenso hueco que dejaba tras de sí la zaga visitante. De manera democrática, el gol le tocó al único que faltaba por anotar en el improvisado tridente de ataque: Jesé. Se lo cedió aquel que hizo de cicerone en la plantilla merengue cuando el canario daba sus primeros pasos en el primer equipo, Cristiano Ronaldo. Un reconocimiento del maestro hacia su alumno. Todo eran risas en el Bernabéu.
El descanso activó el modo ahorro del Real Madrid, que desactivó los protocolos de ataque y pasó a actuar desde las sombras. En el bando contrario tocó bronca de Mendilibar, y debió ser sonora. Al Eibar le cambió la cara completamente en los segundos 45 minutos, con una defensa 15 metros más atrás y mayor presión. No sirvió de mucho, salvo para detener una hemorragia que ya era mortal.
El encuentro murió con un cabezazo al larguero de un incrédulo Borja Bastón, que se encontró bajo la portería con un balón peinado en un saque de esquina, sin oposición alguna. Danilo, pitado con crudeza por la afición blanca en cada balón que tocaba, pudo firmar la manita en un mano a mano con Riesgo, pero le faltó fe. Justo lo que el Real Madrid necesita el próximo martes, además de un resultado similar al del sábado. Como dijo Zidane, la temporada pasa por los próximos 90 minutos.
Ficha técnica
REAL MADRID: Casilla; Carvajal (Danilo, 62′), Pepe, Nacho, Arbeloa; Casemiro (Kovacic, 53′), Isco, James; Lucas Vázquez, Jesé (Borja Mayoral, 75′) y Cristiano Ronaldo
EIBAR: Riesgo; Capa, Pantic, Ramis, Luna; Dani García, Escalante; Keko (Hajrovic, 71′), Adrián (Borja Bastón, 45′), Jota (Juncà, 45′); Sergi Enrich
Goles: James (4′), Lucas Vázquez (17′), Cristiano Ronaldo (20′) y Jesé (38′)
Árbitro: Sánchez Martínez. Amonestó a Dani García (3′), Escalante (62′), Ramis (68′) y Danilo (78′)
Twitter: @NJSaez
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