El Real Madrid hace sangrar al Barça (1-2)

El Real Madrid hace sangrar al Barça (1-2)

02/04/2016 0 Por Néstor Sáez

El Real Madrid ganó en el Camp Nou al FC Barcelona en un partido en el que se adelantaron los culés por mediación de Gerard Piqué. Lo hicieron en una segunda parte en la que acabaron ampliamente superados por los de Zinedine Zidane, que remontaron con un jugador menos por la expulsión de Sergio Ramos a falta de diez minutos para el final. Benzema y Cristiano Ronaldo hicieron los goles merengues.

Más allá de los títulos o de cómo estos cambiaron para siempre la historia del FC Barcelona, el gran legado de Johan Cruyff es su método. El holandés logró superar su ya de por sí histórica carrera como jugador al sentarse en el banquillo porque supo revolucionar el mundo del fútbol. Y lo de hizo de manera simple, apostando por variaciones tan sutiles como impensables. En una época donde nadie se atrevía a romper con lo establecido y los conceptos se transmitían casi de manera patriarcal, el Flaco introdujo los suyos. No fueron radicales -de serlo, probablemente hubiera fracasado-, pero sí lo suficientemente novedosos como para liderar la vanguardia futbolística durante un lustro.

Conviene hacer mención a este detalle porque, más allá del emocionante homenaje vivido en los minutos previos al Clásico, el partido fue de todo menos sorprendente. Ningún equipo corrió riesgos, nadie se atrevió a innovar y el miedo se apoderó de un Barcelona más preocupado por no enseñar sus vergüenzas que por deslumbrar al respetable. Una ‘traición’ a los valores de Cruyff.

En definitiva, Barça y Madrid hicieron lo que el más racional de los aficionados había imaginado en la previa. Los locales tuvieron la posesión y los visitantes aguardaron en su campo. Sin excesos ni estridencias, con un respeto casi obsceno. Decepcionó el conjunto de Luis Enrique, que acabó completamente roto y entregado a un equipo que arrancó el encuentro a 10 puntos y lo acabó con 10 jugadores.

Solo entendiendo ese contexto se asimilan los fallos de Luis Suárez y Benzema en el primer tiempo. El primero fue el del uruguayo, que solo en el área, sin marcaje alguno, desaprovechó una asistencia fantástica de Neymar desde la derecha. Una jugada que nació de un saque de puerta de Claudio Bravo (anulando el fuera de juego) y el posterior cabezazo del charrúa hacia el brasileño.

El del francés ocurrió al filo del descanso, después de que el Real Madrid esquivase alguna que otra embestida local. Una rápida jugada merengue acabó rechazada por la defensa y Carvajal, fugaz e inteligente, la devolvió desde la banda derecha hasta el punto de penalti. Allí estaba Karim, iluminado y sin oposición, para que inexplicablemente desaprovechara la ocasión pegándole de primeras con la tibia y no con el empeine. Directo al tercer anfiteatro.

Entre ambos despropósitos ocurrieron varios episodios destacables. Pepe, que estuvo deficiente en el saque de esquina que supuso el 1-0, comenzó su particular festival del horror en el minuto 19. En plena frontal de su área se equivocó sacando el balón jugado y lo regaló a Rakitic. El croata abrió para Neymar, que esperaba a su derecha, y este colgó el balón al área. El portugués hizo ademán de despejar en lo que fue una asistencia de lujo para el culé de la melena rubia, quien obligó a Keylor Navas a estrenarse con un duro disparo al palo izquierdo.

El poco peligro blanco en la primera mitad llegó a través de varios disparos de Cristiano y Bale, todos desde fuera del área y sin demasiado peligro. Incluso hubo tiempo para la polémica. Messi cayó en la frontal del área derribado por Sergio Ramos, en lo que provocó una expresiva pañolada del Camp Nou. La jugada podía inducir al penalti en un primer visionado, pero las repeticiones dejaban claro dos cosas: la primera, que el central toca balón antes de hacer lo propio con el argentino; la segunda, que la Pulga empieza a caer antes del contacto.

Si el primer tiempo fue tenebroso, el segundo trajo la luz. Cuando más cerrada estaba la noche en Barcelona, el fútbol afloró sobre el césped del Camp Nou. Messi avisó emulando a Ronaldinho en Stamford Bridge y picó un balón delicioso en la frontal del área, apurando los espacios y frenado, en busca de la escuadra. Keylor Navas respondió con maestría, volando hacia la escuadra para despejar el que podía haber sido el gol de la noche. No sirvió de mucho, al igual que el tanto de Gerard Piqué, que llegó inmediatamente después. El saque de esquina acabó rematado al fondo de la red por el central, que hizo un traje a Pepe y cabeceó a placer en el primer palo.

Fueron minutos turbios para un Real Madrid que, por momentos, revivió el trauma del 0-4. Los flashbacks de los goles encajados en el Santiago Bernabéu golpearon a un equipo que se quedó sin respuesta, superado y desbordado al comienzo de la segunda mitad. Sin embargo, el Barcelona pecó de soberbia, no supo administrar la ventaja y permitió que los blancos se rehicieran casi de inmediato.

En apenas seis minutos, Benzema igualó la contienda con un gol magistral. El francés firmó una tijera dentro del área solo apta para unos pocos osados. El centro, de Toni Kroos tras una buena llegada de Marcelo (de nuevo, de lo mejor en el barco merengue), tampoco se quedó atrás. Aunque solo significó el empate, los pupilos de Luis Enrique recibieron el gol de la peor manera posible y entregaron las armas.

A partir de ahí, Gareth Bale pudo hacer el 1-2 desde la frontal después de que Karim le cediese un balón casi perfecto, para su pierna buena. El golpeo, bien colocado, fue demasiado tímido. El galés se desquitó más tarde, cuando en el minuto 80 marcó de manera limpia el 1-2 con un buen remate de cabeza. Inexplicablemente, Hernández Hernández vio una inexistente falta en el salto sobre Jordi Alba y anuló un tanto que debió ser legal.

El Real Madrid, desatado y sin complejos, respondió por partida triple. Cristiano Ronaldo mandó un misil al larguero y Bale batió a Claudio Bravo en un mano a mano que se quedó demasiado corto, siendo despejado por la defensa antes de que el balón se acercase a la línea. De las botas de ambos surgió el definitivo 1-2, con un centro de Gareth al segundo palo que controla el ‘7’ en el área pequeña y fusila al guardameta chileno. Piqué, bajo palos, podía haber tirado de Periscope y retransmitir en directo la jugada, ya que fue un espectador de lujo.

«Dime, ¿sangras? Sangrarás», sentencia Batman a Superman en la última obra de arte de Zack Snyder. El Real Madrid logró que el FC Barcelona hiciera lo propio, y lo más importante, que millones lo presenciaran. Dios ha muerto. 39 victorias consecutivas después, los de Luis Enrique vuelven a parecer mortales. También, los mejor situados para revalidar su triple corona. Quien no se consuela es porque no quiere.

Ficha técnica

FC BARCELONA: Claudio Bravo; Dani Alves, Mascherano, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, 73′), Iniesta; Messi, Luis Suárez y Neymar.

REAL MADRID: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale (Lucas Vázquez, 89′), Benzema (Jesé, 77′) y Cristiano Ronaldo.

Goles: Piqué (56′), Benzema (62′) y Cristiano Ronaldo (85′)

Árbitro: Hernández Hernández. Expulsó a Sergio Ramos por doble amonestación (9′ y 83′). Amonestó a Carvajal (17′), Luis Suárez (26′), Mascherano (28′), Rakitic (57′)

Estadio: Camp Nou. 99.000 espectadores.

Twitter: @NJSaez