Y al sexto día, el Atlético humilló al Real Madrid (4-0)

Y al sexto día, el Atlético humilló al Real Madrid (4-0)

07/02/2015 0 Por Néstor Sáez

El Atlético de Madrid vuelve a engacharse a la Liga tras pasar por encima del peor Real Madrid de los últimos dos años. Simeone ganó la partida a Ancelotti, incapaz de reaccionar ante el vendaval rojiblanco. Casillas ‘cantó’ en el primer gol de Tiago, mientras que su defensa asistió impasible al resto de goles de Saúl (de chilena), Griezmann y Mandzukic. Cristiano Ronaldo, desaparecido.

Para los que creen en el kharma, conviene no desear el mal a nadie ni alegrarse de las desgracias ajenas, o tu vida acabará pagando las consecuencias de esa osadía. No se trata de entrar en un debate metafísico propio de Cuarto Mileno o True Detective, pero más de uno recordará aquella pancarta exhibida a finales de 2011 en el Santiago Bernabéu: «Se busca rival digno para derbi decente». ‘Maldita la hora’, pensarán algunos de sus artífices viendo la estadística actual: el Atlético lleva seis partidos invicto ante el Real Madrid. Ocho si solo se tienen en cuenta los 90 minutos reglamentarios (incluido el fatídico 93 de Lisboa).

Si el Real Madrid saltó al accidentado césped del Vicente Calderón con hasta tres titulares ausentes (más las asimiladas bajas de Pepe y Modric), el Atlético tardó 10 minutos en perder a uno de sus pilares. Koke redujo velocidad en una carrera y tuvo que decir ‘basta’ antes de que nadie pudiera imaginar la tormenta que se avecinaba sobre el Manzanares. Saúl ocupó su lugar como los soldados recuperaban la munición de los caídos en Normandía, casi sin tiempo ni para atarse las botas.

Lejos de resignarse, el Atleti protagonizó una exhibición de fútbol que caricaturizó a un Real Madrid sin alma, indigno de un derbi. La viva imagen de esa desazón, la de Iker Casillas. El capitán blanco fue incapaz de detener un balón que se le escurrió de la mano, al más puro estilo de aquel Albano Bizzarri que se ganó el mote de ‘manos de mantequilla’. Mandzukic peinó hacia la frontal un centro desde la derecha y ahí apareció Tiago para rematar de volea. El disparo fue defectuoso y erróneo: centrado, al muñeco y con una potencia nula para la exquisita maniobra que había protagonizado el croata. Acabó en gol.

El golpe fue tal que los jugadores merengues permanecieron abatidos durante la lona cerca de 30 minutos. Solo así se entiende el esperpento del segundo tanto rojiblanco, firmado cinco minutos más tarde. Siqueira llegó a la línea de fondo de la banda izquierda casi sin oposición, la puso con sutileza al área pequeña y Saúl Ñíguez, que casi no había asimilado que estaba jugando, remató de chilena. A su alrededor, la mejor representación de aquel infame chiste sobre los trabajadores españoles: cinco miran (cuatro defensores blancos más el portero) y uno ‘curra’, el atacante colchonero.

Uno de los mejores goles de la temporada y una humillación tanto moral (por lo osado del remate) como táctica. Cuando el balón tocaba el palo y se introducía en la portería de Casillas (inmóvil), eran seis los jugadores del Madrid dentro del área pequeña. En total, siete hombres acabaron en el radio de acción de Saúl Ñíguez, que tuvo todo el tiempo del mundo para hacer historia en el verde del Calderón.

Esa fue la escena que definió el derbi. Simeone ha conseguido que su equipo juegue con el Real Madrid como lo hacía Mourinho con el Barça de Guardiola/Vilanova en sus últimos años. A partir del 2-0, los rojiblancos tan solo tuvieron que replegar las líneas y esperar cómodamente a que pasasen los minutos. Moyà podía haber sustituido sus guantes por una Alhambra 1925 y unas palomitas, el resultado hubiera sido el mismo. No hubo ni un solo tiro a puerta sobre su marco.

Para más inri, Sami Khedira ‘justificó’ esos 6,5 millones netos que exige para renovar con una actuación sobresaliente: propinó un codazo a Godín que podía haber significado la roja directa y detuvo un disparo con la mano que debió ser penalti. Ironías aparte, lo mejor que le puede pasar al Real Madrid es que Lucas Silva debute y condene al ostracismo al ‘6’ madridista. Un futbolista que cada día recuerda más, por habilidad, palmarés y despampanante pareja, a Karembeu.

No sería justo cargar las tintas contra Sami Khedira únicamente, todo sea dicho. Cristiano Ronaldo volvió a demostrar que el 2015 no ha comenzado para él. El portugués estuvo desaparecido todo el partido. No hizo, literalmente, nada. Kroos lo intentó, pero sigue en reserva y administrando la poca gasolina que le queda como puede, dañando cada vez más su motor. Los mejores fueron Bale e Isco, y ninguno de los dos llegó al aprobado.

El público del Vicente Calderón se lo pasó en grande viendo la inmensa superioridad de su equipo. Desde Mandzukic hasta Miranda, los once de Simeone rindieron a un nivel de élite. ‘Top’, que diría un entrenador que no hubiera permitido según qué cosas en el bando contrario. Mientras los aficionados colchoneros alternaban ondear banderas con hacer la ola, Griezmann firmó en la segunda parte el 3-0. Esta vez fue Saúl Ñíguez quien dio la asistencia, desde la misma posición que Siqueira. Griezmann, situado detrás de Varane, fue capaz de rematar ante la inexplicable pasividad del central madridista. Como si se le hubieran acabado las pilas.

El partido murió con el Vicente Calderón pidiendo una manita que estuvo a punto de llegar. Mandzukic terminó de cerrar el marcador rematando en solitario, una vez más, dentro del área pequeña. El centro fue de Fernando Torres, desde la banda derecha, mandando un balón teledirigido al más puro estilo de otro ‘guapo oficial’, David Beckham. Entre rubios anda el juego. Carvajal y Varane volvieron a hacer de teloneros. Casillas, ‘atado’ a la línea de gol.

El Atlético se sentía tan superior que hasta Raúl García intentó en los segundos finales firmar la cacareada manita con una chilena. No tuvo suerte. Tampoco le hizo falta. Simeone culminó su venganza con la cuarta victoria de los colchoneros sobre el Real Madrid en apenas seis meses. Un triunfo de cuatro goles, que les sitúa también a cuatro puntos de los blancos. Ancelotti y los suyos tendrán pesadillas con el dorsal de Sergio Ramos.

Twitter: @NJSaez